Esto esta basado en un hecho real. Algo que me ocurrió mientras visitaba una familia amiga. Mientras tomaba mate en la cocina por un instante pude ver un rostro y un gesto, de parte de la hija del matrimonio, que inspiro en mi, luego, el bautizado “Budita del tazón de arroz”.
Ella se encontraba tomando el desayuno, un té, en una taza como los bols que los orientales suelen comer arroz. Y por un instante pude captar una mirada y rostro que me inspiro luego a llamarlo “El Budita del tazón de arroz”. Su mirada me transmitió algo muy profundo, un profundo amor y agradecimiento por la taza de té que bebía; esto y mucho más. De a poco pude traducir todo lo que su miada quiso decir.
A través de sus gestos se veía un profundo amor por su alimento y se reflejaba cuanto amor había transmitido su entorno mientras la vida(en su infancia) la había golpeado con carencias y hambre ( algo muy común en el mundo del sudeste asiático, países arroceros) No había faltado lo justo y lo necesario para alimentarse, pero ella era inteligente y consciente mientras tenia eso únicamente, una taza de té caliente, otros tenia un pan o manteca u otro alimento para acompañarlo. Esto es el reflejo de las sociedades donde solo contaban con un tazón de arroz con algo de sal.
En esta mirada se veía el profundo conocimiento (quizá ancestral) del que conoce el sufrimiento de quien ha pasado hambre, y producto de una profunda fe y conocimiento, han desarrollando un profundo amor hacia lo que tenían y hacia aquellos que están en el mismo lugar y el mundo en su totalidad. Este Buda es una bendición para nuestro país y el mundo. Nos trae un profundo compromiso, con el poder superar el flagelo el hambre a través del conocimiento y consciencia del motivo que lo provoca. En su rostro se reflejaba “el sufrimiento estoico” o quizá dolor, no el sufrimiento, ante el no tener el alimento necesario y solo aquello justo para su supervivencia”
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