Desmonte y Pueblos Originarios


Por Miguel Ángel 2009

La Argentina perdió en los últimos 70 años el 70 por ciento de sus bosques nativos. Esta tala indiscriminada depreda cientos de miles de hectáreas de árboles, de los que dependen la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua, y la conservación de los suelos. Las zonas más afectadas son las provincias de Chaco, Córdoba, Formosa, Jujuy, Salta, Santa Fe y Tucumán.
Frente a esta realidad, un grupo de indígenas pertenecientes a las comunidades Toba y Mocoví solicitaron que se aplique la ley nacional que establece "la preservación y ordenamiento de los bosques nativos" y la participación de las comunidades indígenas.
Los aborígenes comentan "desde siempre nosotros hemos vivido de estos bosques. Hoy mismo, nuestras comunidades cazan y viven de los frutos de esos bosques. Defendemos los bosques porque nuestros hermanos son los que sufren las consecuencias de las fumigaciones y las talas. Supimos cuidar la naturaleza y hoy vemos cómo se destruye todo. Los bosques en el Chaco y en Santa Fe son nuestra casa", sostuvo un integrante de la comunidad mocoví.
Santa Fe es una de las provincias en situación más crítica. Hoy se sabe que el excesivo desmonte provoca cambios en las lluvias que, sin bosques para absorber y frenar el agua, desbordan ríos y cuencas, como los que dejaron sumergidos a la capital santafesina, provocaron el alud en Tartagal, inundaron regiones donde el agua escasea y dejaron sequías graves.

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