Por Andrés / Mayo 2011
Entre los 11 y los 13 anos los niños dejan de serlo. Va quedando atrás una etapa de ingenuidad e inocencia, porque las transformaciones corporales traen nuevas sensaciones.
Los chicos y las chicas se evitan mutuamente en un juego de seducción. Ambos son cada vez más conscientes de la metamorfosis que padecen.
Hay que seguir el camino del crecimiento hacia la vida adulta. La pérdida del cuerpo infantil coexiste con un renacer. Esto implica la necesaria transformación del chico y de la chica en personas que no son niños ni adultos.
Hay fundamentalmente tres procesos simultáneos en esta época: la pérdida de la niñez, con el duelo consiguiente; el logro de otra fisionomía y finalmente nuevas capacidades intelectuales.
Estos procesos se van integrando paulatinamente.
Es frecuente la relación de rebeldía ante la autoridad paterna como forma de oponerse a este proceso.
El cambio de la voz y la aparición de vello en la cara, pubis y axilas y la vellosidad generada por el resto de su cuerpo. Le suelen despertar sensaciones de extrañeza y rechazo. Las conversaciones con su padre pueden ayudarle a afrontar este proceso de transformación.
Ambos, chicos y chicas, mueren a la infancia para renacer como adultos. Su cuerpo crece, se estira,ensancha y sus órganos genitales se desarrollan por completo, con todo lo que conlleva.
Si bien es bastante difícil dividir la vida en periodos definidos, lo cierto es que hay una etapa de desarrollo humano a la que, desde el punto de vista biológico, se le podrían señalar con bastante precisión los momentos iniciales. Estamos hablando por supuesto de la pubertad.
Sintetizando, diríamos que es la fase del desarrollo del cuerpo humano en la cual se inicia la madurez de los órganos sexuales, al tiempo que los caracteres sexuales secundarios comienzan a manifestarse. Todo es rápido en esta etapa de tránsito por la que los niños y niñas se convierten en adultos.
Para llegar a esta fase hay que señalar que el desarrollo de los órganos sexuales se produce por obra y gracia de las hormonas durante los cinco primeros meses de gestación. Las hormonas, que van trabajando para determinar el sexo del bebé permanecerán en estado de letargo durante la infancia, hasta que consideren que haya llegado el momento de madurez necesario para activarse y proporcionar al niño/niña las funciones precisas para convertirse en seres capaces de relacionarse sexualmente y procrear.
El cuartel general está ubicado en el hipotálamo el que se encarga de estimular la producción de hormonas que activan la hipófisis o glándula pituitaria. Esta produce una sustancia llamada gonadotropina, hormonas que van directamente a los genitales que tienen el poder de estimular el funcionamiento de los testículos y los ovarios para hacer posible la reproducción. Y este proceso se prepara con las hormonas que produce el cuerpo llamadas estrógeno y progesterona en la mujer y testosterona en el hombre, en este lapso se originan las células reproductoras comúnmente llamados espermatozoides y óvulos. Estos sirven para fecundar el feto.
Dicho de esta forma la pubertad señala el inicio de evolución que otorga a los seres humanos la capacidad de procrear.
Aún difíciles de dilucidar, todas estas transformaciones físicas pueden influir poderosamente en la mente de los púberes. Los cambios rápidos y prematuros quizás desconcertarán a algunos y a otros.
Cuidemos a nuestros púberes brindándoles información, dándoles conocimiento, proporcionémosle elementos de comunicación para adolescentes como libros.
De esta manera generaremos una forma más segura de esto que es una aventura llena de preguntas sin respuestas.
Crecer, madurar y vivir, como es la adolescencia.
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